La carne de pavo es tan sana o más que la de pollo. Hasta hace relativamente poco era dificil encontrar pavo fuera de las fechas navideñas. Ahora se vende tanto la pechuga como los muslos en grandes superficies y en carnicerías. Por su sabor ligeramente distinto es una buena alternativa. Además no tiene grasa y es pura proteina. En esta ocasión lo guisé con una salsa de tomate al romero que también llevaba algo de ralladura de limón. El resultado fue excelente. Lo serví acompañado de puré de patatas.
Ingredientes (6 personas)
1 kg de pechuga de pavo
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
el zumo de medio limón.
1/2 vaso de vino blanco
1/2 vaso de agua
Para la salsa
1/2 kg de tomates maduros
1 cebolla pequeña
1 diente de ajo
la ralladura de medio limón
3 ramitas de romero
1 cucharada de azúcar
aceite de oliva
sal pimienta.
Cortamos la pechuga en tacos. Pelamos y cortamos la cebolla en trozos menudo. Pelamos y picamos el ajo. Rallamos la cáscara de medio limón y lo exprimimos, reservando la ralladura para la salsa.
Ponemos el pavo en un bol y le añadimos el zumo de limón, removiendo con una cuchara de madera para que todos los trozos se empapen. Lo dejamos macerar mientras vamos preparando los ingredientes de la salsa de tomate.
Picamos la cebolla y el romero. Lavamos, pelamos y cortamos en cuadradritos los tomates. Se podría utilizar también un bote de tomate entero escurrido, pero aprovechemos que ahora es la temporada. Mis tomates provenían de la huerta de mis amigos Ernesto y Maricarmen, una maravilla.
Precalentamos el horno a 180 grados. Comenzamos preparando el pavo. Echamos un poquito de aceite en una sarten y sofreimos la cebolla mediana y los dos ajos a fuego medio bajo durante 5 minutos o hasta que la cebolla empiece a tomar color.
Añadimos el pavo, incluido el zumo de limón y los juguillos que haya soltado, y lo doramos, removiendo de vez en cuando.
Lo ponemos en una fuente de horno junto con el agua, el vino y algo de sal y pimienta. Lo tapamos bien con papel de aluminio y al horno con él durante 20 minutos.
Mientras tanto freimos la cebolla, el ajo, la ralladura de limón y el romero picadito de la salsa en un poco de aceite durante cinco minutos. Añadimos entonces el tomate y lo dejamos hacer a fuego bajo durante 20 minutos, deshaciendo los trozos de tomate con el canto de una cuchara de madera. Cinco minutos antes de que termine de hacerse añadimos 1 cucharada de azúcar y rectificamos de sal.
Añadimos esta salsa al pavo. Mezclamos bien y volvemos a meter la fuente en el horno, destapada, durante otros veinte minutos.
Bon appétit!
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