Y ésta es la receta número 100 que subo al blog. Parece mentira, ha pasado ya un año. Y lo que son eso que llaman casualidades: Preparé esta tarta para una cenona en casa de Delia y la primera receta que subí al blog fue de unos chiles en nogada que hicimos Delia y yo al alimón. En fin, gracias a todos por estar ahí, por vuestras sugerencias y por llevar con santa paciencia esta afición mía.
Esta tarta queda rica pero es, quizá, para los más golosos. He modificado en el apartado de ingredientes y cantidades las correspondientes a la cobertura. Para mi gusto cuando hice la tarta quedó demasiado dulce, espero que la disminución en la cantidad de azúcar sea la justa.
Ingredientes (8 personas)
3 ramitas de romero (+ 1 para adornar)
175 grms de mantequilla a temperatura ambiente
175 grms de azúcar glas
1 cucharada de azúcar avainillado
3 huevos batidos
225 grms de harina con levadura
2 cucharadas de leche
Cobertura
100 grms de azúcar glas
Ralladura de 1 naranja
1 cucharada de zumo de naranja
2cucharadas de agua
1/2 tarrina de queso Philadelphia o similar
Empezamos, como siempre, reuniendo los ingredientes. Mi molinillo de café, que ya sabéis que muele de todo menos café, fue el artífice del azúcar glas. Tengo una mata de romero en el jardín por lo que siempre tengo a mano romero fresco. No sé qué tal saldría con romero seco. Todo es cuestión de probar.
Picamos primero el romero finamente. Ponemos a infusionar la mitad en las dos cucharadas de agua que habremos calentado previamente. Dejamos que se enfríe.
En un bol batimos el resto del romero, la mantequilla (es importante que esté a temperatura ambiente), el azúcar avainillado y el azúcar glas durante tres minutos. Según vayamos batiendo veremos que la mezcla va adquiriendo un tono más pálido.
Vamos añadiendo a poquitos, sin dejar de batir, los huevos batidos.
Añadimos entonces la harina y las dos cucharadas de leche e incorporamos bien.
Precalentamos el horno a 180 grados. Vamos a necesitar un molde desmoldable. Forramos la base con papel de aluminio y lo enmantequillamos bien.
Echamos la masa en él y alisamos la superficie con ayuda de una espátula.
Y al horno con él durante 50 minutos. Cuando lleve media hora en el horno será conveniente taparlo con papel de aluminio para evitar que se tueste demasiado. Ya sabéis que para comprobar si ya está hecho se introduce por el centro un palito de los de pincho moruno, o un palillo. Si sale seco es que ya está.
Dejamos enfriar mientras preparamos la cobertura. Volvemos a utilizar el molinillo para el azúcar glas. Rallamos la piel de naranja y exprimimos dos cucharadas del zumo.
Batimos el queso con el azúcar, la infusión de romero colada, la ralladura de naranja y la cucharada de zumo.
Aunque el bizcocho no estará frío del todo, lo desmoldamos pasando un cuchillo por los bordes del molde. Después ponemos un plato encima, le damos la vuelta como si fuera una tortilla y retiramos con cuidado la base del molde y el papel de aluminio. Le ponemos ahora encima el plato en que vayamos a presentar la tarta y le damos la vuelta. Lo cubrimos con la cobertura. No importa que se escurra algo al plato. Adornamos con una ramita de romero y metemos en la nevera hasta el momento de servir (o por lo menos 2 horas).
Bon appétit!
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