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Mostrando entradas con la etiqueta Mermeladas y Cremas dulces. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 13 de febrero de 2013

Mermelada de tomate con gengibre y clavo / Ginger clove tomato jam

En septiembre pasado compartí con vosotros una receta de mermelada de tomate. Recordaba la que probé por primera vez en casa de una compañera de bachillerato. Su madre preparaba también una excelente mermelada de pimiento. En aquella época era una estupenda merienda con pan y mantequilla y Cola-cao. Hoy en día se ha puesto de moda para tostas con foie o con queso, en entradas o pinchos. 
En esta ocasión he usado tomates de pera y la he aromatizado con gengibre fresco y con clavo molido. He usado sólo azúcar blanco. El resultado, una mermelada deliciosa, riquísima, por ejemplo con crema de queso.
 Ingredientes
1 kg y medio de tomates de pera
60 grms de gengibre fresco pelado y rallado
1 cucharadita de clavo
750 grms de azúcar blanco
Empezamos lavando los tomates y haciéndoles una cruz con el cuchillo en la parte de arriba.
Llenamos una cazuela de agua. Cuando esté hirviendo escaldamos los tomates por tandas durante 1 minuto. Los vamos reservando en un escurridor.
Los dejamos templar y los pelamos. 
Los vamos picando en un bol, eliminando la parte dura.
Añadimos el azúcar, el gengibre rallado y el clavo.
Lo mezclamos todo bien.
Echamos todo en una cazuela grande, o en el caldero de hacer mermelada. Nos hace falta un recipiente grande para evitar salpicaduras o que rebose.
 Lo llevamos a ebullición. 
Lo dejamos hervir durante 40 minutos. El tiempo dependerá de la cantidad de agua que tengan los tomates. Ya os he explicado en otras recetas de mermelada cómo hacer la prueba para comprobar si la mermelada ya está. Se trata de meter un platito en el congelador cuando la mermelada empieza a hervir. Cuando pensemos que ya se ha hecho, ponemos una cucharadita en el platito y volvemos a meterlo en el congelador durante 1 minuto. Lo sacamos, empujamos la mermelada con el dedo y si se arruga, ya está. Cuidado con pasarnos con el tiempo de cocción porque si no la mermelada nos quedará demasiado espesa. 
Así estaba la mía a los 40 minutos
Apagamos el fuego y la dejamos reposar un par de minutos. Mientras la mermelada se hace, estirilizamos los tarros de cristal y sus tapas hirviéndolos en agua durante quince minutos. 
Los sacamos con cuidado y los colocamos en la encimera, sobre un paño de cocina seco.
Una vez hecha la mermelada, llenamos los tarros con cuidado, utilizando si tenemos un embudo de boca ancha. Mucha, mucha precaución: la quemadura de mermelada es dolorosísima. 
Los dejamos enfriar bocabajo y después ya estarán listos para guardarlos.
Con tostadas, una delicia.
Bon appétit!

viernes, 4 de enero de 2013

Budín de chocolate y fresas / Chocolate pudding with strawberries

Los ingleses son muy aficionados a los postres hechos al vapor o steamed puddings. Ésa es la manera en que se elabora, por ejemplo, el tradicional Christmas pudding, hecho con muchas frutas pasas y sebo de cordero, entre otros ingredientes. Habitualmente se hacían hirviéndolos al baño maría, en recipientes de porcelana, bien tapados, durante mucho tiempo. Hoy en día, la olla a presión nos permite acortar el tiempo de elaboración con unos resultados excelentes. La receta de hoy es de uno de estos postres, de chocolate, acompañado de unas estupendas fresas a las que no me pude resistir al verlas en Las Tres CCC, mi frutería habitual. Se sirve templado.
Ingredientes
Masa
100 grms de mantequilla a temperatura ambiente
100 grms de azúcar
2 huevos batidos
2 cucharadas soperas de cola-cao
100 grms de harina con levadura (o de harina normal más 1/2 sobre de levadura royal)
75 grms de chocolate rallado
Salsa
25 grms de mantequilla
1 cucharada sopera de harina
1/2 litro de leche
50 grms de azúcar
50 grms de chocolate rallado
1 cucharadita de nescafé
Una docena de fresas para adornar
Empezamos embadurnando de mantequilla un molde de flan de los que tienen tapadera.
Ponemos en un bol la mantequilla con el azúcar y la batimos durante 5 minutos. Se pondrá de color más pálido y quedará como una crema suave.
Incorporamos los huevos batidos, poco a poco, y batimos durante otro minuto. Añadimos el cola-cao, la harina y el chocolate rallado.
Volvemos a batir a velocidad baja durante un minuto para que se mezcle todo bien. Nos quedará una masa espesa. Echamos la mezcla en el molde, distribuyéndola y alisándola con una cuchara metálica. Le damos unos golpes sobre la encimera para que no queden bolsas de aire.
Ponemos encima un trozo de papel de horno al que habremos hecho un pliegue en el centro.
Lo cubrimos con otro trozo de aluminio al que también le habremos hecho un pliegue en el centro.
Lo atamos con varias vueltas de bramante.
La finalidad de cubrirlo así es que el recipiente quede herméticamente cerrado para que el budín se haga totalmente al vapor y no entre agua al cocerlo. Al tener esos pliegues no hay peligro de que, al subir, la masa se pegue. Le ponemos la tapadera y a la olla a presión, que tendrá un par de vasos de agua hirviendo dentro, durante 20 minutos. La mía es rápida y ése es el tiempo que lo tuve, con dos rayitas de la válvula.
Mientras tanto preparamos la salsa de chocolate. En una cazuela derretimos la mantequilla a fuego suave para que no se queme. Le añadimos la harina y la desleímos removiendo con una cuchara de madera. Le añadimos la leche y, sin dejar de remover, llevamos todo a ebullición. La salsa se irá espesando. 
Añadimos entonces el azúcar, el chocolate rallado y el café. Seguimos removiendo, a fuego suave, hasta que se haya disuelto todo.
Desmoldamos el budín pasándole un cuchillo de postre por los laterales e invirtiéndolo en la fuente en que vayamos a servirlo. Como debe tomarse templado podemos meterlo un minuto al microondas cuando vayamos a tomarlo. Lo cubrimos con la salsa de chocolate caliente y lo adornamos con las fresas lavadas. Et voilá
Bon appétit!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Mermelada de tomate / Tomato jam

Mi vecino Ernesto tiene huerto y me ha regalado unos maravillosos tomates absolutamente ecológicos y deliciosos, nada que ver con los que se compran en tienda. Con parte de ellos he hecho esta riquísima mermelada de tomate, ideal para combinar con queso o foie en tostas. La he aromatizado con canela pero no le iría mal tampoco algo de clavo o quizá un poquito de gengibre.
Para esta mermelada se usa la mitad de azúcar que de tomates ya pelados y picados. Esto es, para un kilo de tomates pelados y picados necesitaríamos medio kilo de azúcar. El peso de los tomates pelados y picados varía según su consistencia y el agua que contengan. En mi caso, de dos kilos de tomates saqué 1,700 de tomate pelado y picado. Las cantidades que os voy a dar son para 1 kg de tomates pelado y picados y, después, podéis adaptar las cantidades al peso de vuestros tomates.
 Ingredientes
1 kg de tomates pelados y picados
225 grms de azúcar blanco
225 grms de azúcar moreno
el zumo de medio limón
1 palito de canela
Lavamos los tomates y los ponemos en un escurridor  con un plato debajo.
 Calentamos agua en una cazuela. Mientras tanto les hacemos un corte en forma de cruz a los tomates en la parte de arriba. Escaldamos los tomates en el agua hirviendo, por tandas, durante 1 minuto.
Los vamos sacando al escurridor. Los dejamos templar.
Una vez a temperatura manejable, los vamos pelando. Los partimos a la mitad, les quitamos las partes duras y las semillas que podamos. Los vamos poniendo en un bol, picados en trocitos con todo el agua que vayan soltando. Incorporamos los azúcares y el zumo de limón, removiéndo con cuidado con una cuchara metálica.
Echamos todo en una cazuela grande o en la perola de hacer mermeladas junto con el palito de canela. Hay que tener en cuenta que al hervir las mermeladas tienden a subir y amén de poder producir quemaduras muy dolorosas son también engorrosas de limpiar. Rebañamos bien el azúcar que pueda haber quedado en el fondo del bol.A fuego medio/alto vamos removiendo de vez en cuando hasta que se disuelva el azúcar. Subimos el fuego y esperamos a que empiece a hervir.
Como véis se irá formando espuma por los bordes. Es mejor que esperéis a que la mermelada esté hecha para quitarla con una cuchara metálica. Recordad que una bola de mantequilla incorporada a la mermelada cuando la retiremos del fuego eliminará esta espuma casi en su totalidad. Cuando la mermelada empieza a hervir contamos 30 minutos. El tiempo variará en función de la cantidad de líquido que contuvieran los tomates. Para saber si la mermelada está hacemos la prueba del plato frío. Esto es, cuando ponemos la mermelada al fuego metemos un plato pequeño en el congelador. Cuando haya pasado media hora sacamos el plato del congelador y le echamos una cucharadita de mermelada. Lo volvemos a meter en el congelador. A los cinco minutos lo sacamos y vemos si empujando la mermelada del plato suavemente con un dedo se arruga algo. Si no es así, dejamos que la mermelada siga hirviendo otros 10 minutos y repetimos la operación. Recordad que la mermelada al enfriarse se espesará. Cuando esté hecha, o casi, veréis que se ha oscurecido y que las burbujas del hervor son más grandes y tardan un pelín más en explotar.
Mientras se va haciendo la mermelada esterilizáis los tarros en los que la vayáis a guardar hirviéndolos en agua durante 15 minutos.
Los váis sacando y colocando sobre un paño para evitar que el frío de la encimera produzca roturas inoportunas.
Una vez hecha la mermelada, la dejáis reposar 10 minutos y luego rellenáis los tarros con ayuda de un cucharón y un embudo de boca ancha. Este artilugio es muy útil para evitar salpicaduras y desparrames involuntarios. Si tenéis intención de guardar la mermelada meses y meses deberéis volver a hervir los tarros rellenos y cerrados al baño maría durante otra media hora por lo menos. De otro modo, las mermeladas aguantan muy bien en la nevera durante varias semanas. En cualquier caso, hay que dejar enfriar los tarros bocabajo para que se forme el vacío y mejorar la conservación.
Bon appétit!

martes, 10 de julio de 2012

Mermelada de pimiento rojo / Red pepper jam

Hace muchos años, en otra galaxia..., quiero decir, siendo yo estudiante de primero de bachillerato, del que se empezaba a los 10 años, me reunía semanalmente con dos colegas para hacer un trabajo sobre la India que nos habían mandado en clase de geografía. Cada viernes ibamos a una casa, tecleábamos en una máquina de escribir y merendábamos. La mamá de Leonor G. R., actualmente compañera de trabajo (las vueltas que da la vida) nos daba a veces una maravillosa mermelada de pimiento rojo casera. Nunca la había probado ni he vuelto a tomarla tan buena. La receta de hoy, adaptada, es para mi, en cierto modo, como las madalenas de Proust. Se puede usar como una mermelada normal o en tostas con queso de cabra, de camembert, de manchego. Sirve también para acompañamiento de carnes. La mamá de Leonor dejaba los trozos de pimiento enteros pero ahora se suele pasar por la batidora y tiene más aspecto de confitura. Se le puede añadir en el último momento una cucharadita (o más) de pimienta de cayena y un chorreón de vinagre para una variante picante.
Ingredientes 
2 kgs de pimientos rojos
750 grms de azúcar
1 cucharadita de pimienta de cayena y un chorrito de vinagre (opcional)
Elegimos pimientos rojos de los grandotes.
Los lavamos, les quitamos las semillas y las venas blancas y los cortamos en trozos de unos 3 cms.
Los ponemos en una olla honda con el azúcar y mezclamos bien. El fuego ha de estar alto.
Removemos de vez en cuando y a los 20 minutos tendrán este aspecto.
El líquido que véis es el agua que han soltado los pimientos. El azúcar ya estará disuelta. Lo llevamos a ebullición.
Y 40 minutos después estará lista. Oiréis un borboteo distinto, como de líquido más espeso.
Separamos la olla del fuego, dejamos reposar 10 minutos y le pasamos la batidora. Tened cuidado, la mermelada caliente provoca quemaduras muy dolorosas. Podéis probar si os gusta más dejándola sin batir.
Los tarros de cristal en que vayamos a guardarla deben esterilizarse hirviéndolos 10 minutos en abundante agua. Si vais a añadirle cayena, éste es el momento. Yo hice dos tarros de confitura dulce y otros dos, pequeños, de confitura picante.
Se puede servir, por ejemplo, en tostas de queso de cabra.
 Bon appétit!

viernes, 6 de julio de 2012

Mermelada de cerezas al limón / Lemony cherry jam

Sigo insistiendo en que hay que aprovechar esta temporada maravillosa en que las frutas son tan espléndidas y tan variadas. Igual que hago acopio de sol y de buena temperatura y, sobre todo, de luz para los meses de invierno, me encanta poder hacer conservas como ésta para evitar en lo posible los colorantes, conservantes y "sorbitoles".
Mi amigo Carlos, de "Las tres CCC", me regaló unas estupendas cerezas y, manos a la obra, mermelada de cerezas con un toque de limón. Es deliciosa para tostadas o para poner encima de helado de nata, vainilla o chocolate o como acompañamiento de todo tipo de carnes.
Ingredientes
2 kg de cerezas deshuesadas
zumo de 3 limones
ralladura de 1 limón y medio
750 grms de azúcar
Empezamos quitándole los rabitos a las cerezas y lavándolas.
Las deshuesamos con un deshuesador como el que ya os he enseñado en las otras recetas con cerezas o con un cuchillo. Ésta es la parte más engorrosa, relativamente. Tardé unos 20 minutos en conseguir estos dos platos de cerezas deshuesadas.
Se ponen las cerezas en una cazuela honda o en la olla de hacer mermelada. Se le añade el zumo y la ralladura de limón.
Se pone el fuego fuerte. Se remueve de vez en cuando y a los 20 minutos tiene este aspecto.
Es el momento de añadir el azúcar.  La receta está adaptada de varias que aparecen en Internet, en blogs americanos. Ya sabéis que los americanos miden las cantidades por tazas, pero claro, la medida estándar americana, no vale cualquier taza. M. & F. me trajeron éstas de su último viaje. Fashion, fashion!
Para simplificaros las cosas pesé el contenido de azúcar de una taza y adapté las cantidades a mi receta. Ya sabéis, tres cuartos de kilo para 2 kilos de cerezas. La añadí a la olla y removí hasta que se disolvió. Y lo dejé hacer, a fuego fuerte, removiendo de vez en cuando durante 40 minutos.
Mientras tanto esterilizé los tarros hirviéndolos en agua durante 10 minutos.
Una vez lista la mermelada, los rellené y los dejé enfriar bocabajo. Et voilá!
Bon appétit!

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