J. hacía en tiempos unas deliciosas tartaletas rellenas de esta crema y adornadas con una frambuesa o una fresa. Yo había probado el lemon curd en Inglaterra, siempre comprado en tienda, y esta crema casera de J. superaba con creces las marcas comerciales. El lemon curd es de origen británico y relativamente reciente, sólo se remonta a la época victoriana. Se servía para acompañar a los scones o para untar en cakes. Parece que durante las guerras mundiales se utilizó como sustituto de la mermelada. A día de hoy, además de esos destinos, es también un favorito para los toppings de los cupcakes, tan de moda ahora. Por cierto, me da la sensación de que en Inglaterra los llaman fairy cakes.
Aviso a navegantes, lleva varias yemas de huevo y mantequilla, no es recomendable para los que tengan el colesterol alto.
Ingredientes (3 tarros pequeños)
225 grms de azúcar glas
Ralladura y zumo de 3 limones
5 yemas de huevo
300 grms de mantequilla, fría y cortada en cubitos.
El lemon curd se conserva bien en la nevera durante casi un mes, guardado en tarros esterilizados. Aunque los iba a regalar, pensé que era mejor esterilizar los tarros previamente para así evitar cualquier riesgo de que se estropeara.
Hay muchos modos de estirilizar tarros de cristal en que vayamos a guardar algún tipo de conserva. Siempre deben lavarse bien primero y después pueden hervirse, con sus tapas, durante varios minutos en abundante agua hirviendo, o meterlos en el horno a 170 grados durante unos minutos, o incluso meterlos en el micro-ondas, con algo de agua dentro y el resto mojado durante un par de minutos. En mi caso opté por el primer método, los herví.
Para hacer el lemon curd es mejor, o a mí me parece, utilizar el baño maría. Sé que hay gente que lo prepara en un cazo directamente sobre el fuego, pero hay riesgo de que la temperatura sea superior a la conveniente y que el huevo se cuaje.
Yo usé dos cazuelas, la más pequeña dentro de la más grande. Puse agua en la grande de modo que el fondo de la pequeña estuviera en contacto con ella. Llevé el agua a ebullición y bajé el fuego. En mi cocina la intensidad del calor va del 1 al 9. Cuando el agua estaba hirviendo bajé el calor a 3. Eché el azúcar, la ralladura de limón y el zumo de limón en la cazuela pequeña.
Con ayuda de unas varillas lo disolví y lo removí todo sin parar durante diez minutos. Al ir moviendo las varillas se fue formando una espuma en la superficie que desapareció después.
La mezcla fue Pasados los diez minutos fui añadiendo la mantequilla, cubito a cubito, sin dejar de remover. Esto es, un cubito, remover para que se disuelva, otro cubito, etc. Subí la temperatura del agua a 5. La mantequilla debe estar fría, por eso es necesario subir la intensidad del calor. Seguí echando cubitos y removiendo hasta que incorporé toda la mantequilla. El resultado fue una crema espesa y de un amarillo intenso.
La dejé reposar un par de minutos y la eché en mis tarros esterilizados.
Los tapé y los dejé enfriar totalmente antes de meterlos en la nevera.
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