Ay qué pena penita: se me están acabando las vacaciones. Apuro los últimos días que me quedan tratando de cargar las pilas para la que se me avecina. En fin, a inspirar, suspirar, respirar y expirar...
Una de las muchas cosas buenas del verano es que vuelven los amigos que están lejos. Y Georgina nos ha visitado nuevamente. Siempre es un placer recibirla y poder pasar un ratito con ella. Para empezar hice esta entrada fría acompañándola de un vasito de salmorejo y resultó un éxito total. Es de fácil elaboración, resulta vistosa y los elementos de todo el plato se pueden preparar la víspera.
Ingredientes (8 personas)200 grms de salmón ahumado
150 grms de arroz integral
1 pepino pequeño
100 ml de vinagre
75 grms de azúcar
14 langostinos cocidos
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta negra
Empezamos cociendo el arroz en abundante agua hirviendo con sal. Cuando está hecho, los refrescamos bajo el grifo, lo escurrimos bien y lo reservamos.
Mientras se hace el arroz, pelamos el pepino y lo cortamos en dos. De una mitad cortamos la parte sin pipas en tiras finas con ayuda del pelapatatas. Se podría hacer también con un cuchillo bien afilado. Lo importante es que las lonchas de pepino queden casi como papel de fumar.
Mezclamos el vinagre y el azúcar y lo llevamos a ebullición en un cazo, moviendo de vez en cuando para que se disuelva el azúcar. Apartamos del fuego y lo dejamos enfriar. Cuando está ya casi frío metemos las tiras de pepino y reservamos. Cortamos la otra mitad del pepino en cuadraditos pequeños.
Podemos utilizar moldes de aluminio de los que se usan para hacer madalenas, o incluso tazas pequeñas, para montar nuestros timbales. Los pintamos con aceite.
Cortamos el salmón ahumado en tiras y vamos forrando los moldes, dejando un par de las tiras colgando por fuera.
Pelamos los langostinos. Reservamos 8 para adornar los platos y cortamos los 6 restantes en trozos pequeños que ponemos en un bol. Añadimos el arroz. Escurrimos el pepino en tiras y lo reservamos. Usamos la mezcla de vinagre y azúcar para aliñar el arroz, junto con un chorrito de aceite, sal y pimienta al gusto. Le incorporamos el pepino crudo en cuadraditos y los langostinos en trocitos. Con una cucharita rellenamos los moldes y usamos las tiras colgantes para taparlos. Apretamos bien para escurrir el líquido sobrante.
Y a la nevera durante por lo menos dos horas o desde la víspera.
En el momento de servir, simplemente invertimos los timbales sobre el plato en que los vayamos a llevar a la mesa. Se desmoldan fácilmente. Adornamos cada molde con una tira de pepino. En el plato ponemos un poco de lechuga variada, alguna tira de pepino y un langostino. Todo ello aderezado con un chorrito de aceite. En mi caso, también incluí un vasito de salmorejo bien frío.
Bon appétit!
Yo probé los timbales de salmón y estaban exquisitos...además, la combinación con salmorejo es francamente buena para el verano ;)
ResponderEliminarMe alegro de que aunque un poco en diferido te gustaran. Resulta un plato muy resultón.
ResponderEliminarAy, qué sería de mí sin tus comentarios. Te los agradezco de verdad, ¡heredera de la tradición culinaria!