Día lluvioso otra vez pero el finde ya está cerca. Hoy comparto con vosotros otra quiche más, o tarta salada, como prefiráis llamarla. En esta ocasión la masa lleva nueces. Como relleno, unos espárragos trigueros y queso parmesano. Para chuparse los fingueretes!. Con una buena ensalada ya tenéis un excelente plato único dominguero o una entrada de picoteo.
Ingredientes
175 grms de harina
8 nueces
60 ml de aceite de oliva
1 huevo
sal
pimienta negra molida
5 huevos batidos
75 grms de parmesano rallado ( o de gouda rallado)
1 manojo de espárragos trigueros
1 cucharadita de tomillo
Empezamos preparando la base. Untamos de aceite un molde. Cubrimos el fondo con papel de horno y lo untamos de aceite también.
En el robot de cocina reducimos a polvo las nueces (ya peladas). Añadimos la harina y un pellizco generoso de sal y volvemos a poner en marcha el aparato para que se mezcle todo bien.
Añadimos ahora el aceite y el huevo. Volvemos a poner en marcha el aparato. Debe quedarnos una bola de masa. Si es necesario podemos añadir un poco de agua fría, a cucharadas.
Volcamos la masa en un trozo de film, en la encimera, y la aplastamos con cuidado hasta obtener un círculo. Lo envolvemos con el film.
Y a la nevera durante media horita. Una vez transcurrido el tiempo precalentamos el horno a 190 grados. Colocamos la masa sobre la encimera enharinada y la estiramos con el rodillo. La envolvemos en el rodillo para pasarla al molde.
Forramos con ella el molde que teníamos preparado, recortando los bordes sobrantes.
Pinchamos la base con un tenedor y al horno con ella durante 15 minutos. La sacamos del horno y la dejamos enfriar. Mientras tanto, en el robot (no hace falta limpiarlo después de hacer la masa) ponemos los cinco huevos y los batimos. Añadimos el queso rallado, el tomillo y un pellizco de sal y volvemos a poner en marcha el aparato para que se mezcle todo. Lavamos los espárragos. Cortamos los tallos y los ponemos en la base de la tarta (que ya estará prácticamente fría).
Añadimos la mezcla de huevos y queso y colocamos encima las puntas de los espárragos.
Y al horno con ella (también a 190 grados) durante una media hora, o hasta que esté doradita.
La dejamos reposar durante unos 20 minutos y la desmoldamos invirtiéndola con cuidado en un plato y después otra vez en la fuente en que vayamos a servirla. Y ya está, puede tomarse templada o a temperatura ambiente
Bon appétit!
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