Seguimos con la ola de calor. Tanto, tanto, tanto que la única comida del día en que apetece algo que no sea gazpacho o ensalada es el desayuno. Aprovechando los productos de temporada, como siempre, os sugiero este bizcocho de albaricoque. Es sencillo de hacer y el contraste entre la fruta y el bizcocho es realmente rico. Os sugiero que lo preparéis de buena mañana, antes de que las temperaturas inviten a huir de la cocina. El bizcocho merece la pena, y mucho.
Ingredientes
175 grms de mantequilla a temperatura ambiente
150 grms de almendras en cubitos
200 grms de harina
1 sobre de levadura Royal
1 pellizco de sal
200 grms de azúcar
1 yogur natural
3 huevos
1 cucharada de azúcar avainillado
La ralladura de 1 limón
10 albaricoques
2 cucharadas de miel
Precalentamos el horno a 180 grados. Untamos de mantequilla el molde y cubrimos la base con papel de horno también untado de mantequilla (nos ayudará a desmoldarlo fácilmente después).
Ponemos en un bol la harina, el pellizco de sal y la levadura y lo mezclamos todo. También podemos tamizar estos ingredientes.
Añadimos el azúcar y el azúcar avainillado y lo volvemos a mezclar.
Echamos ahora en el bol los huevos batidos, la mantequilla en trozos (es muy importante que esté blandita), el yogur, 100 grms de almendras y la ralladura de limón
Lo batimos todo bien hasta obtener una mezcla espesa
La vertemos en el molde, alisándola con una espátula. Lavamos los albaricoques
Los partimos a la mitad y los deshuesamos. Los distribuimos por encima de la masa. Lo espolvoreamos todo con los 50 grms de almendras que habíamos reservado. Usé una miel alemana regalo de mi amigo Joachim, una delicia.
Echamos por encima la miel.
Y al horno con el bizcocho durante unos 45 minutos. Es recomendable que transcurrida una media hora coloquéis encima (usando la rejilla del grill, por ejemplo) una hoja de aluminio para evitar que el bizcocho de tueste demasiado.
Como podéis apreciar los albaricoques "desaparecen" en la masa. Se deja enfriar totalmente, se pasa un cuchillo por los laterales y se invierte sobre un plato grande. Se retira el papel de horno. Luego se vuelve a invertir para colocarlo en el plato en que vayáis a servirlo.
Y ya está. Cubierto con un paño o con aluminio dura varios días. Podéis servirlo también como tarta acompañándolo de una mezcla de miel, yogur y nata batida.
Bon appétit!
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