Mi amiga Araceli me habló el otro día de esta receta de morros de cerdo rellenos de pies y presentados sobre cebolla caramelizada. La tentación fue inmediata e irresistible y aquí tenéis el resultado. Son algo laboriosos más que nada porque hay que cocer los morros y los pies, picar y deshuesar los pies después, y rebozar y freír los morros ya rellenos. Sin embargo, la mezcla de sabores con la cebolla caramelizada hace que el esfuerzo merezca la pena.
Ingredientes
2 morros de cerdo
1 pie de cerdo
4 granos de pimienta negra
2 hojas de laurel
1 huevo
4 cucharadas de harina
aceite de oliva
sal
pimienta negra molida
1 cebolla
1 cucharada sopera de azúcar moreno
2 cucharadas de vinagre
Sal de Maldon (opcional)
Rodajas de limón para adornar
Ponemos a cocer los pies en la olla rápida con agua, los granos de pimienta, el laurel y un pellizco generoso de sal. Yo los tuve media hora. Al cabo de ese tiempo, los escurrí y los dejé enfriar. Mientras tanto puse en la olla los morros, con agua y un pellizco generoso de sal. Los tuve 15 minutos. Sí queremos que los pies se puedan deshuesar fácilmente pero no queremos que los morros se hagan tanto que pierdan su consistencia y no puedan rellenarse luego. Mientras los morros se están haciendo podemos empezar a preparar la cebolla caramelizada.
Pinchando aquí podéis ver el paso a paso de cómo hacerla.
Una vez templados los pies, los deshuesamos y los picamos.
Los sazonamos con sal y pimienta y los reservamos. Una vez cocidos los morros, los dejamos templar. Los cortamos en dos, a lo largo. Retiramos con un cuchillo afilado, cuidando de no romperlos, la carne que puedan tener. Añadimos esta carne picada a los pies.
Rellenamos los morros con dos o tres cucharadas de pies picados.
Los enrollamos y los vamos reservando en un plato.
Ahora tenéis la opción de meterlos en la nevera por lo menos ocho horas, para que se solidifique la gelatina de los pies, o tenerlos alrededor de 1 hora en el congelador. El resultado en ambos casos es que nos resulte fácil cortar cada rollito en rodajas sin que se nos vaya el relleno. Una vez hecho esto, pasamos las rodajas por huevo batido y por harina y las freímos en abundante aceite caliente. Las vamos colocando en un plato con papel de manos para que se absorba el aceite sobrante. Llegado el momento de servir, ponemos la cebolla caramelizada en el fondo del plato, colocamos encima las rodajas rebozadas y adornamos con limón y unas escamas de sal de Maldon:
Y a la mesa.
Bon appétit!
Nunca se me hubiese ocurrido hacerlo así, buena pinta si que tiene¡ ñam ñam¡
ResponderEliminarMuchas gracias. Queda riquísimo. Un beso.
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