Y siguiendo con las tartas de queso aquí tenéis esta otra variante que no necesita horno. Se hace con gelatina en hojas, lo que antaño llamábamos cola de pescado. Reconozco que el uso de gelatina siempre me ha dado un poco de miedo porque cabía la posibilidad de que no cuajara bien o de que quedaran trocitos sin disolver. No ha sido el caso en absoluto. La tarta es espectacular de sabor y de aspecto, pues, ya véis en la foto, queda absolutamente profesional. Gracias, Marién. Es conveniente hacerla la víspera y lo único que necesitáis es paciencia para esperar a que las mezclas se enfríen o cuajen.
Ingredientes
1 tarrina de 250 grms de queso Philadelphia
3 bricks de 200 ml de nata líquida para montar
180 grms de azúcar
180 grms de galletas (tipo María, Chiquilín, Digestive o similar)
100 grms de mantequilla
8 hojas de gelatina neutra
4 cucharadas soperas de mermelada de frutos rojos
1/2 vasito (de los de vino) de agua
Empezamos preparando la base de la tarta. Para ello, derretimos la mantequilla en un bol en el microondas durante 1 minuto. Se trata de que quede líquida pero sin freírse. También podríamos hacer esto poniéndola en un cazo a fuego medio. Machacamos las galletas en la picadora, o en el mortero o envolviéndolas en un trapo y pasándoles el rodillo por encima. Mezclamos bien las galletas molidas con la mantequilla y forramos la base de un molde desmoldable con ayuda del dorso de una cuchara metálica.
Lo metemos en el congelador mientras vamos preparando el relleno. Como os decía antes, esta tarta lleva gelatina en hojas. Ahora se encuentra con mucha facilidad en grandes superficies. Usé la de Mercadona.
Puse la nata en un bol y la calenté en el microondas durante 3 minutos, parando cada minuto para revolverla con una cuchara. Se trata de conseguir que humee sin llegar a hervir. Disolví en ella 6 de las hojas de gelatina, removiendo con una cuchara. Dejé enfriar la mezcla totalmente pero sin meterla en la nevera. Tardó alrededor de 1 hora. Como todavía se veía algún trocito diminuto de gelatina sin disolver, colé la mezcla. Batí el queso con el azúcar durante 3 minutos hasta que quedó una crema suave.
Añadí entonces la nata y volví a batir para que se mezclara todo bien.
Lo eché en el molde forrado de galletas.
Y a la nevera para que cuajara. Al cabo de una hora ya estaba así.
Durante el tiempo que la tarta estuvo en la nevera fui preparando la cobertura. En un bol mezcle la mermelada y el agua. Lo metí en el microondas 1 minuto para que se calentara sin llegar a hervir. Disolví en la mezcla resultante las 2 hojas de gelatina restante. Esta vez se disolvió sin problemas.
La dejé enfriar totalmente y se la eché a la tarta cuajada.
Y a la nevera otra vez hasta el día siguiente. Para desmoldarla pasé un cuchillo por el borde y puse la tarta (con la base del molde) en un plato grande. Deliciosa. Aquí tenéis un trocito.
Bon appétit!
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