El postre de hoy es de elaboración sencilla, resulta ligerito y es muy adecuado para estos meses en que las manzanas reinetas son tan buenas.
Ingredientes (6 personas)
2 manzanas reinetas gordas
1 limón
1 bote grande de leche condensada
4 huevos
50 grms de azúcar
Hay dos tamaños de leche condensada (La Lechera de toda la vida). Para esta receta he usado 3/4 partes del grande. Podríamos usar uno y medio de los pequeños. El limón era de los que se venden ahora de piel más verde, casi con aspecto de lima, que tienen un aroma más intenso.
Empezamos pelando las manzanas y cortándolas en lonchas de 1/2 cm. Las vamos poniendo en una cazuela junto con el zumo y la ralladura del limón.
Las hacemos a fuego medio alto, tapadas, durante 10 minutos. Las moveremos de vez en cuando para que vayan deshaciéndose. Se trata de obtener un puré. El último minuto las destaparemos para tratar de conseguir que se evapore cuánto más líquido mejor.
Dejamos enfriar el puré totalmente. Mientras tanto, echamos el azúcar en el molde en que vayamos a hacer el flan. Lo ponemos a fuego fuerte y dejamos que se caramelice. Mucho cuidado con el caramelo. Las quemaduras con caramelo son dolorosísimas, casi tanto como las de leche hirviendo. Iremos moviendo el molde con cuidado hasta que esté hecho el caramelo. Dejamos enfriar 30 segundos para que quede menos líquido y, con mucho cuidado, insisto, vamos moviendo el molde para que queden bien cubiertos los laterales. Dejamos enfriar totalmente.
Mientras tanto batimos los huevos en un bol con la batidora. Le añadimos la leche condensada sin dejar de batir. Finalmente incorporamos el puré de manzanas y lo batimos bien todo junto. Rellenamos el molde con esta mezcla dejando por lo menos 2 cms hasta el borde. Al cocerse, el flan tiende a subir y si no hemos dejados esos dos cms se nos saldrá del molde.
Ponemos el horno a 200 grados. Metemos el molde en una bandeja honda y lo introducimos en el horno. Llenamos la bandeja de agua caliente hasta un par de cms por debajo del molde. Se trata de que se haga al baño maría. Al cabo de unos 40 minutos apagamos el horno. Según el horno puede que tarde menos.
Lo dejamos reposar cinco minutos y le damos la vuelta, como si fuera una tortilla de patatas, sobre el plato en que lo vayamos a servir.
Lo dejamos enfriar y a la nevera durante un par de horas o desde la víspera. Y ya está.
Bon appétit!
Riquísimo!! Además no tiene la textura gelatinosa del flan, lo cual me gusta todavía más ;)
ResponderEliminarMuchas gracias. Cierto es que sólo se parece a un flan tradicional en la forma y el caramelo. Y además no resulta excesivamente dulce.
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