Empezamos un nuevo mes con un tiempo que hoy sí parece otoñal después de los inusitados calores de octubre. Y es época de calabazas. Reconozco que apenas les he prestado atención porque de niña en casa no se comían. Y la verdad es que son de lo más versátil tanto para platos dulces como para salados. Son ricas en fibra, en betacaroteno y además tienen pocas calorías amén de un color precioso. En la receta de hoy va como ingrediente principal de un cake. Lo he hecho en uno de mis moldes para bundt cakes, más bonitos, pero queda igual de bueno en un molde redondo o rectangular normal. Ya me contareis qué os parece para desayunos, meriendas, entre horas...
Ingredientes
180 grms de mantequilla a temperatura ambiente
250 grms de azúcar
1 cucharadita de azúcar avainillado
1 sobre de levadura Royal
1 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita generosa de canela molida
1/4 de cucharadita de clavo molido
1/2 cucharadita de sal
300 grms de calabaza
1 yogur natural
3 huevos a temperatura ambiente
azúcar glas para decorar
Empezamos preparando la calabaza. Como tiene que estar totalmente fría y bien escurrida antes de poder usarla yo os recomiendo cocerla el día anterior. La pelamos y la cortamos en dados. La ponemos en una cazuela, cubierta de agua.
La dejamos hervir, a fuego medio, durante unos 20 minutos o hasta que esté blandita.
La ponemos a escurrir en un colador durante por lo menos media hora. Después la pasamos por el colador para obtener un puré fino.
La dejamos enfriar totalmente.
Cuando vayamos a hacer el cake, precalentamos el horno a 180 grados.
Untamos bien de mantequilla el molde. Esto es importante porque nos permitirá desmoldar el cake luego sin problemas.
En un bol ponemos la harina, la levadura, el bicarbonato, la canela, el clavo y la sal.
Mezclamos el puré de calabaza con el yogur en otro bol.
Ponemos la mantequilla, cortada en trozos, el azúcar y el azúcar avainillado en el vaso de la batidora.
Lo batimos durante 3 ó 4 minutos, por lo menos, rebañando los laterales con una espátula de vez en cuando, hasta obtener una mezcla cremosa.
Vamos incorporando los huevos de uno en uno, sin dejar de batir, esperando a que cada uno esté bien incorporado antes de añadir el siguiente. Añadimos ahora la mezcla de calabaza y yogur. Bajamos al mínimo la velocidad de la batidora y añadimos la mezcla de harina, levadura y especias. Lo batimos lentamente solo lo justo para que se mezcle. Echamos la masa en el molde y la alisamos con el dorso de una cuchara metálica.
Y al horno durante unos 50 minutos, hasta que un palillo largo insertado en el centro salga seco y se vea que el cake se despega de los bordes.
Lo dejamos reposar en el molde durante unos 10 minutos y lo volcamos sobre el plato en que vayamos a servirlo.
Lo dejamos enfriar totalmente y lo espolvoreamos de azúcar glas.
Y listo para comer:
Bon appétit!
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