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domingo, 24 de abril de 2011

Macarrones con salsa de calabacín y albóndigas de espinacas /Pasta with courgette sauce and spinach balls

 J. me ha pasado esta receta de un restaurante londinense, Carluccio's. Es sencilla de hacer, vegetariana, y las albóndigas de espinacas están de muerte. Yo creo que hasta les entusiasmarán a los niños. Por cierto que las espinacas no tienen tanto hierro como nos hacía creer Popeye, pero en fin, sanas sí que son. El calabacín también tiene hierro, además de fósforo, calcio, yodo y muchas vitaminas. Vamos que es un plato de lo más completo.

Ingredientes (4 personas)
Para las albóndigas
1/2 kilo de espinacas lavadas
2 huevos batidos
1 diente de ajo picadito
100 grms de pan rallado
50 gramos de queso rallado (parmesano preferentemente)
1 cucharadita de nuez moscada
sal
pimienta negra
aceite de oliva
Para la salsa
2 calabacines pequeños
2 ajos picaditos
1/2 cucharadita de cayena (o menos si gusta menos picante)
sal
pimienta negra molida al gusto
aceite de oliva
1 paquete de  500 grms de pasta corta (macarrones, penne, farfalle, etc.)
Se empieza preparando los ingredientes de la receta. Esto nos permitirá elaborarla en un pispas. Se lavan bien los calabacines y se rallan sin pelar. Los calabacines pequeños tienen la piel brillante y más fina que los grandes. Es rica en muchas vitaminas y tiene buen sabor.
Se reserva el calabacín y se sigue con la elaboración de las albóndigas. Se cuecen las espinacas en agua salada hirviendo durante 2 minutos. Se escurren en un colador y se enfrían bajo el grifo. Se aprietan con las manos para eliminar todo el agua. Sí, sí, se trata de achucharlas bien achuchadas. Las espinacas tienden a mantener mucho agua dentro y este exceso de líquido es lo que nos puede arruinar cualquier plato que elaboremos con ellas (las espinacas con bechamel, la tortilla de espinacas). Así que, a apretar se ha dicho. Despues se pican menuditas y se ponen en un bol con el resto de los ingredientes de las albóndigas. Se mezcla todo bien con las manos bien lavaditas. Se procede a hacer bolitas como canicas gordas.
Se fríen a fuego medio en una sartén con el fondo cubierto de aceite. Se les va dando la vuelta, una a una, para que queden tostaditas por todas partes. Se tarda alrededor de cinco minutos.
Después se colocan en un plato con papel de manos para que se absorba el exceso de grasa. 
Mientras se fríen las albóndigas se pone a cocer la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante. Yo usé macarrones porque era lo que tenía en ese momento. Y también se va preparando la salsa. No, no se trata de un ejercicio de acrobacia rápida. Ya veréis que se puede ir haciendo todo más o menos a la vez. Es cuestión de tener los ingredientes preparados de antemano.
En una sartén grande se doran los ajos picaditos y se añade la pimienta de cayena. Después se incorpora el calabacín y se fríe durante 5 minutos, moviendo de vez en cuando. Se añade entonces el queso, la sal y la pimienta negra y se le da unas vueltas. Se echan 4 cucharadas del agua de cocer la pasta y se saltea todo junto (salsa y pasta). Se puede presentar en una fuente con las albóndigas de espinacas alrededor o de modo individual como en la foto de arriba.
Bon appétit!

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