El pollo ofrece mil y una posibilidades en la cocina, sea entero, en trozos, con salsas variadas, con verduras, en frío, en caliente. Es una carne blanca, más sana que las demás, no tiene colesterol, sólo 150 calorías por 100 gramos. En casa se consume más que ninguna otra y mis dos proteinómanos de cuatro patas la adoran.
Es fácil encontrar ahora en grandes superficies pre-cocinados de pollo relleno, a precios altos, entre 9 y 6 euros según el relleno (de jamón y huevo, de jamón y bacon, de más pollo). Mucho me temo que también estarán rellenos de conservantes, potenciadores del sabor y más cosas raras. Otra cosa son los pollos o muslos rellenos que ofrecen en algunas carnicerías y que son de elaboración propia. Claro que también resultan caros. La receta de hoy es de elaboración fácil, vistosa, de confianza y no cara.
Ingredientes (6 personas)2 pechugas enteras de pollo deshuesadas
4 lonchas de jamón de york
4 lonchas de queso emmental
1 tarrina de pâté
4 ciruelas pasas picaditas
harina
palillos
1/2 cebolla picada
1/2 pimiento verde picado
1 zanahoria pelada y en cuadraditos
2 hojas de laurel
2 botes de cerveza
Se le pide al carnicero que os haga filetes en libro, para rellenar, con las pechugas. Salen unos 4 filetes en libro por pechuga. Se rellenan poniendo en el centro o bien, una bolita de pâté y un puñadito de ciruelas:
o bien una loncha de jamón doblada y otra de queso también doblada:Se puede probar también con otros ingredientes. El queso azul va estupendamente, con pasas, y el jamón serrano, con huevo duro, también es riquísimo.
Se enrollan las pechugas con cuidado y se sujetan con palillos.
En el caso del pâté y del queso es conveniente dejar 2 cms a cada lado para evitar que se se salgan al derretirse cuando se cocina el rollito. Se pasan por harina y se fríen en abundante aceite caliente, dándoles la vuelta para tostarlos por arriba y por abajo. La harina ayuda a que no se peguen pero, aún así, hay que ser cuidadosos al darles la vuelta.
Se fríen en tandas y se van reservando en un plato.En el caso del pâté y del queso es conveniente dejar 2 cms a cada lado para evitar que se se salgan al derretirse cuando se cocina el rollito. Se pasan por harina y se fríen en abundante aceite caliente, dándoles la vuelta para tostarlos por arriba y por abajo. La harina ayuda a que no se peguen pero, aún así, hay que ser cuidadosos al darles la vuelta.
Se deja en la cazuela sólo el aceite necesario para pochar las verduras, a fuego medio bajo, durante veinte minutos. Se salpimenta. Se remueve de vez en cuando y, con una cuchara de madera, se rasca el fondo, para aprovechar los trocitos de pollo que puedan haber quedado pegados.
A mí me hicieron falta dos cazuelas para el siguiente paso. Distribuí las verduras sobre el fondo de cada una de ellas, coloqué los rollitos encima, en una sola capa, añadí el laurel y regué cada cazuela con 1 bote de cerveza. para que quedaran cubiertos:
Cuando el líquido llegó a ebullición, bajé el fuego y los dejé hacer, semitapados, media hora. Los dejé enfriar en la misma salsa. Luego los corté en rodajas gorditas, quitando previamente los palillos, y los puse en una fuente con un poquito del líquido de la salsa. El resto de la salsa lo pasé por la batidora. Como estamos en febrero, en el momento de servir, metí la fuente de los rollitos en el microondas y calenté la salsa en un cazo. El líquido de la salsa que había puesto en la fuente hizo que no se secaran al calentarlos en el micro. También se pueden servir acompañados de puré de patata y sin pasar la salsa por la batidora. En verano se pueden comer fríos acompañados de una ensalada.
Bon appétit!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar un comentario. Puedes preguntar lo que desees y trataré de darte una respuesta pronto.
He activado la moderación de comentarios para evitar que personas con poco que hacer traten de remediar su aburrimiento descargando aquí su mal humor.
Disculpad las molestias.