Se van acercando las fiestas, los días en que volvemos a ver a familia y amigos y en que necesitamos platos que gusten a chicos y grandes. La receta de hoy es sencilla y nos permite no estar excesivamente pendientes de los fogones. Además es muy vistosa, sana y de buen sabor, ¿qué más se puede pedir? Está hecha con muslos de pollo pero podríais usar también contramuslos o incluso un pollo troceado.
Ingredientes (6 personas)
8 muslos de pollo
400 ml de agua (o de zumo de piña)
100 grms de azúcar
1 cucharadita generosa de maizena
1 cucharada de salsa de soja
1 cubito de Knorr (o un buen pellizco de sal)
1/2 piña natural (o 1 bote de piña en su jugo)
harina
2 ñoras
sal
pimienta negra
aceite de oliva
Para el arroz blanco (opcional): 1 vaso y medio de arroz, 3 vasos de agua.
Ponemos un par de cucharadas de harina en un plato y le añadimos un buen pellizco de sal y 1 cucharadita de pimienta negra molida. Lo mezclamos todo bien. Enharinamos los muslos con esta mezcla, sacudiendo el exceso de harina. Cubrimos el fondo de una cazuela o sartén grande con aceite de oliva. Doramos los muslos, por todos los lados, a fuego medio.
Mientras tanto, precalentamos el horno a 180 grados. En una cazuela pequeña ponemos el agua (o zumo de piña), el azúcar, la salsa de soja, el cubito de knorr (o la sal) y la maizena. Lo mezclamos todo bien en frío y lo ponemos a fuego medio sin dejar de remover. Cuando empiece a hervir, siempre removiendo, contamos dos minutos y separamos la cazuela del fuego.
Para entonces ya tendremos dorado el pollo. Lo sacamos a un plato, reservando el aceite en la cazuela para hacer luego el arroz de acompañamiento. Vamos colocando los muslos en una fuente de horno honda y les echamos la salsa que hemos preparado por encima.
Metemos la fuente en el horno, sin tapar, durante 30 minutos. Mientras tanto lavamos las ñoras y las cortamos en tiras más bien gorditas. Pelamos la piña y la cortamos en tacos de unos 2 cms. Si usáis piña de bote la cortáis en trocitos también de unos dos cms.
Cuando se cumpla la media hora sacamos la fuente del horno con cuidado de no quemarnos. Le damos la vuelta a los muslos.
Los cubrimos con la piña y las ñoras. Puede parecer que hay poca salsa pero tened en cuenta que al hacerse la fruta soltará sus juguillos.
Y al horno otra vez con la fuente, siempre a 180 grados, durante otros 40 minutos. Mientras tanto podemos hacer un arroz blanco de acompañamiento aprovechando el aceite en que hemos dorado el pollo.Usaremos sólo parte de él, lo suficiente para cubrir el fondo de la misma cazuela en que lo hemos dorado. Añadimos el arroz y lo rehogamos durante un par de minutos.
Añadimos el agua hirviendo y un pellizco de sal.
Lo dejamos hacer, a fuego medio, durante 15 minutos, agitando la cazuela de vez en cuando.
Como veis quedará un pelín caldoso. Lo cubrimos con un paño y lo dejamos reposar hasta el momento de servir. El caldo se absorberá totalmente.
A los 40 minutos sacamos la fuente del horno.
Servimos el pollo acompañado del arroz. Como veis tiene mucha más salsa que cuando metimos la fuente en el horno.
Bon appétit!
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