Siguen los días de calor y hoy comparto con vosotros un fiambre de cerdo muy sencillo de preparar. Se hace de víspera por lo que es muy cómodo para cuando hay invitados o si se quiere dedicar el día a otra cosa. Recuerdo nebulosamente, allá a principios de los 70 el primer fiambre de este tipo que ví hacer en casa de Ivonne y Pepita, amigas de mis padres, la una americana y la otra extremeña, Era un fiambre de ternera, prensado al final. Tiempos aquéllos. También nos enseñaron a hacer pizza, desconocida por entonces en estos lares (el primer telepizza que abrieron aquí fue por el año 87 u 88 y el primer restaurante italiano muy a finales de los 70). Me estoy poniendo melancólica así que ¡ a la receta!
Ingredientes (6 personas)
600 grms de carne de cerdo picada
1 tarro de pimientos de piquillo
3 champiñones grandes
1 cucharada de pan rallado y un poco más
1/2 vasito (de los de vino) de vino blanco
sal
pimenta negra molida
nuez moscada molida
orégano
aceite de oliva
lechuga y tomate para adornar
En una sartén grande ponemos los pimientos con un chorrito de aceite, un pellizco de sal y el jugo que hubiera en el tarro.
Lo dejamos hacer a fuego fuerte durante 5 minutos, agitando la sartén como si estuviéramos haciendo un pil-pil, hasta que el jugo de los pimientos se haya absorbido.
Los reservamos en un plato. En la misma sartén, echamos los champiñones, limpiados y laminados, con otro pellizquito de sal.
También los salteamos, a fuego fuerte, durante 5 minutos.
Los pasamos a otro plato. Dejamos enfriar ambas cosas totalmente. Mientras tanto untamos de aceite un molde rectangular y lo espolvoreamos con un poquito de pan rallado.
En un bol ponemos el vino blanco, la cucharada de pan rallado, un pellizco de sal, pimienta negra molida al gusto, una cucharadita de orégano y 1/2 cucharadita de nuez moscada.
Lo removemos todo bien con una cuchara y añadimos la carne picada. Es mejor que pidamos en la carnicería que nos la pasen dos veces por la picadora. La mezclamos con el aliño como si estuvieramos preparando la farsa de unas albóndigas. Precalentamos el horno a 180 grados. Y a montar el fiambre. Ponemos una capa fina de carne en el fondo del molde, estirándola y distribuyéndola con cuidado con las puntas de los dedos.
Colocamos encima los champiñones, escurridos, solapando unos con otros.
Ponemos encima otra capa de carne.
Ahora es el turno de los pimientos, también escurridos.
Y, finalmente, el resto de la carne.
Y al horno con el molde durante 35 minutos.
Le colocamos encima una hoja de aluminio, un brick de leche (lleno) y una jarra de agua. La finalidad es que el peso haga que se comprima la carne y no se parta al cortar el fiambre. Lo dejamos así hasta el día siguiente.
Por la mañana lo metemos en la nevera (ya sin el peso) hasta el momento de servir. Pasamos un cuchillo de postre por los laterales y lo desmoldamos invirtiéndolo en la fuente en que vayámos a servirlo. Podemos presentarlo rodeado de lechuga y adornado con unos tomatitos cherry.
Y ya está.
Bon appétit!
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