Cuando vi por primera vez esta receta en una revista americana que dedicaba un número especial a las barbacoas pensé que era una lástima que no mencionaran si podía hacerse en el horno también. Y paseando por la red vi que sí que era posible. Manos a la obra. El resultado es un pollo asado, delicioso, con un toque completamente distinto al pollo asado tradicional. Por supuesto podéis cambiar las especias a vuestro gusto pero creo que debe mantenerse el toque dulce que puede conseguirse con miel o azúcar moreno. El pollo se asa "sentado" en un bote de cerveza de modo que va adquiriendo los vapores del lúpulo y queda jugoso y en su punto y la piel muy crujiente. Es sencillísimo de preparar y estupendo para domingos o fiestas en que no queremos estar mucho en la cocina.
1 pollo
1 lata de cerveza
1 ajo
1 cucharada de cominos
1/2 cucharada de pimentón
1 cucharada de miel
3 cucharadas de aceite
un pellizco generoso de sal
Precalentamos el horno a 200 grados. Abrimos el bote de cerveza con un abrelatas.
Dejamos en el bote como un tercio de su contenido (el resto podemos utilizarlo para otra cosa o guardarlo para después). En el mortero ponemos el ajo pelado, la sal, los cominos y el pimentón.
Machacamos bien el ajo con las especias. Añadimos el aceite y la miel y lo mezclamos todo bien. Untamos con esta mezcla el pollo por dentro y por fuera. "Sentamos" el pollo sobre el bote de cerveza y lo ponemos en una fuente refractaria. Y al horno durante una hora y media o dos, dependiendo del tamaño del ave. Y ya está listo para trinchar.
Bon appétit!
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