Y seguimos con ideas de recetas para estas fiestas. La de hoy resulta especialmente apropiada porque lleva como ingredientes productos muy típicos de estos días: almendras y unas riquísimas mandarinas. Acompañada de helado o simplemente de nata líquida queda de lujo y no es especialmente pesada. Ah, y como no lleva harina también es apta para celiacos.
Ingredientes
5 mandarinas (mejor sin pipos)
1 palito de canela
el zumo de 1 limón
Algo de mantequilla para untar el molde
275 grms de azúcar
1 cucharadita de azúcar avainillado
300 grms de almendras
1 cucharadita de semillas de cardamomo (opcional)
1 sobre de levadura royal
6 huevos
Podemos empezar la víspera (incluso preparar la tarta el día anterior). Es mejor usar mandarinas clementinas, de las que no tienen pipos, aunque las mandarinas normales también valen.
Ponemos 3 de ellas en la olla a presión, con algo de agua.
Cerramos la olla y cuando la válvula tiene dos rayitas (en la rápida) las tenemos unos 20 minutos. Las dejamos enfriar, totalmente, en la olla.
Las escurrimos y las pasamos a la picadora o robot, con piel y todo. Si no son clementinas, les quitamos los pipos. Hacemos un puré y lo reservamos.
Exprimimos las otras 2 mandarinas. Ponemos en un cazo el zumo de estas mandarinas, el zumo del limón, 50 gramos de azúcar y el palito de canela. Lo llevamos a ebullición, a fuego medio, removiendo hasta que se disuelve el azúcar. Lo dejamos hervir a fuego suave durante 5 minutos y lo dejamos enfriar del todo antes de retirar el palito de canela. Reservamos este almíbar.
Untamos de mantequilla un molde desmoldable y forramos la base con papel de horno.
Precalentamos el horno a 180 grados. En un bol mezclamos 225 gramos de azúcar, el azúcar avainillado, las almendras molidas, el cardamomo y la levadura.
Añadimos los 6 huevos batidos y lo mezclamos todo con un tenedor. Incorporamos ahora el puré de mandarinas que teníamos reservado, mezclándolo todo con el tenedor. Quedará una masa muy líquida. La vertemos en el molde que tenemos preparado.
Y al horno con la tarta durante 1 hora o hasta que un palillo insertado en el centro salga seco. Puede ser necesario cubrir el molde con una hoja de aluminio cuando lleve media hora en el horno para evitar que la superficie se tueste en exceso.
Una vez cocida dejamos reposar la tarta en el molde durante 10 minutos y luego la pasamos al plato en que vayamos a servirla. La pinchamos con el palillo y vertemos encima el almíbar que teníamos reservado. La dejamos enfriar totalmente y lista:
La servimos a temperatura ambiente.
Bon appétit!